23 de octubre de 2008

El Sainete: "LAS PAPELETAS DE LA RIFA" (Escena II.)

Casa de PONCE. Aposento bien amueblado. Dentro del mobiliario destaca, a la derecha, un billar español.

VALENTÍN, con la misma ropa con la que le vimos en la escena anterior, deambula por la sala. Sin saber muy bien en qué dar, se acerca al billar y trata de hacer unas carambolas. Por la puerta de la izquierda aparece PONCE. VALENTÍN deja el taco y se acerca a él nervioso.

PONCE: Es cierto lo que nos temíamos, Valentín: con mi casa ha dado el muy malandrín.

VALENTÍN: (Desesperado.) Si uno de los hermanos de la Vicenta mi escondite ha encontrado, no hay duda de que el resto vendrá en tropel a hacer que mi cabeza se remate con un buen vendado.

(PONCE medita. VALENTÍN se deja caer en un butacón, resignado.)

PONCE: ¿Y si arreglase con ellos al amanecer el protocolario duelo? ¿Aguantarías, mi buen amigo, más de tres segundos sin irte de bruces al suelo?

VALENTÍN: Ponce, sabes que soy un pésimo duelista. Mis manos están hechas para el piano, no para apretar gatillos ni desempeñar trabajos rudos y mundanos.

PONCE: Pues espabilar debieras… ¡Valentín, Valentín, mejor hubiese sido que la puntería hubieses ejercitado y no tantas partituras de “Chopín”!... Piensa en Catalina, si de ésta sales victorioso, mucha ha de ser la estima que en ella deje poso.

VALENTÍN: (Esperanzado.) ¿Aunque acabase mandando al otro mundo a uno de sus primos?

PONCE: Seguro. Diría: “A este caballero donoso, yo me arrimo”.

VALENTÍN: ¿Tú crees?

PONCE: No me cabe duda. El amor de una mujer de quien más arrojo muestra es.

VALENTÍN: No sé, no sé… No me veo capaz… Una vez que nuestras espaldas se separen diez pasos: gatillazo que me arrean y… ¡Zas!

(Voces atribuladas se escuchan provenientes de un aposento cercano. Entra el CRIADO de PONCE, visiblemente nervioso, cerrando la puerta al entrar.)

CRIADO: ¡Amo, amo, un grupo de tres caballeros exigen verle de inmediato en el rellano!

PONCE: ¿Te han dicho de qué se trata?

CRIADO: Apenas les he entendido nada, sólo que al señorito Valentín tienen intención de machacarle como a una rata…

(PONCE interroga con la mirada a VALENTÍN, que se levanta del butacón.)

VALENTÍN: (Resignado.) Si duelo ha de ser, que así sea. Estas calamidades, debí sospecharlo, suceden cuando en el camino hacia una guapa se interpone una fea…

PONCE: Bajaré a decirles que mañana quedamos citamos cuando abra el día. Que de los tres que son escojan para el duelo a uno. Nos veremos en la Casa de Campo, a la hora en que más que balas, cruasanes apetecen como desayuno.

VALENTÍN: Bien me parece.

(PONCE y su CRIADO se disponen a salir.)

VALENTÍN: ¿Os acompaño?

CRIADO: Mejor será, caballero, que, si sabe, a rezar empiece.

17 de octubre de 2008

La viñeta (V)