23 de agosto de 2010

Hacer el peregrino.


¡Jodo, cómo pasa el tiempo! ¡En esta gacetilla llevamos de vacaciones desde hace casi cuatro meses!... La de acreedores que nos abrán puesto en busca y captura... Y todo porque las pasadas navidades, en la cena de empresa, en un ataque de histerismo cristiano, la redacción decidio hacer conjuntamente el Camino de Santigo durante esta primavera. Y, aunque comenzamos en Roncesvalles y todo aparentemente rodaba bien, de una iglesia románica a otra nos despistamos, cogimos mal un par de desvios y terminamos en Jerusalen, dándonos de bruces contra los muros de los santos lugares del cristianismo, pero sin rastro del santo español ni de las raciones copiosas de lacón con cachelos. En fin, problemas de orientación. Al menos, este perigrinaje nos ha servido para compilar infinidad de material que les iremos relatando en estas páginas, y para que, sin necesidad de un ERE, muchos miembros de la redacción hayan solicitado la baja voluntaria tras el viaje... Problemas de aguante.